Te has preguntado en algún momento frente a una situación determinada si "debes hacerlo" o si "tienes que hacerlo"?
Ambas opciones contrastadas ante lo que tu deseas o anhelas hacer, puede diferir considerablemente de esas opciones.
A diario se nos presentan situaciones que nos confrontan frente a esta posibilidad, donde debemos discriminar entre nuestra responsabilidad, nuestro deber y nuestros deseos.
La realidad es objetiva, esta ahi, presente. La forma como percibimos e interpretamos esa realidad, dictará la forma como reaccionamos frente a ella. Y para hacerlo en conjunto, debemos enfrentarla junto a nuestro ego y nuestras virtudes. En plena conciencia de nuestros actos.
Ver la realidad objetivamente implica sacrificar nuestro anhelo de ver o experimentar una realidad alternativa que no existe aún. Tambien implica admitir qué tan cercanos o alejados estamos de la respuesta a esa realidad que tenemos al frente. Finalmente nos queda es tomar acción y responder, poniendo los temores a un lado.
El gran aprendizaje que obtenemos en estas ocasiones, independientemente del resultado, es la experiencia. Que luego de varias ocasiones, se convierte en experiencia "acumulada" o lo que suelen llamar a quienes la tienen: expertos.
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