Arrancamos el mes de mayo, hablando del tiempo. Y no hay mejor tiempo que el tiempo presente, el ahora, ahorita. ¿Y por qué insisto tanto en esto? La respuesta más sencilla es... que morimos a cada instante. A cada segundo se nos escapa la vida. Por eso. Yo lo experimento a diario cuando interactuo con mis clientes, familiares y amigos. La postergación una apuesta en la que no tenemos ninguna oportunidad de ganar. Cuando posponemos la acción, la fortuna se encarga de enseñarnos lo diminutos, frágiles e insensatos que somos al querer jugar a la seguridad. Al apreciar con acciones que determinan el tipo de vida que nos procuramos, nos hacemos la pregunta ¿Qué hiciste ayer? A lo que debemos evitar caer en la consecuente respuesta: "No hice nada" Una respuesta así, es una muerte doble. Dejaste pasar el tiempo y no lo aprovechaste dirigiendo tus acciones hacia tus objetivos, tu propósito, tu sueño.
"Nada" es un vacío del que debemos escapar actuando, venciendo el miedo y atreviendonos a cruzar la raya de la procrastinación. El mejor tiempo, repito, es ahora mismo. Les voy a citar a Séneca, en una de sus Cartas Morales, escribió lo siguiente: "Pongámonos, pues, de todo corazón, dejando a un lado nuestras muchas distracciones y esforzándonos en este único propósito, antes de que nos demos cuenta demasiado tarde de la rápida e imparable fuga del tiempo y nos quedemos atrás. A medida que llega el día, dale la bienvenida como el mejor día de todos, y hazlo tuyo. Debemos apoderarnos de lo que huye". -SENECA, CARTAS MORALES, 108.27b-28a
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