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Epicteto en el Arte de Vivir
Epicteto empieza diciendo que el objetivo principal de la filosofía es dar respuesta al grito del alma para tener sentido y así liberarnos de las garras de nuestros dolores y miedos.
¿Qué entiendes por eso? Cuando llegamos a cualquiera de nuestros extremos en la vida, solemos acudir a una serie de recursos para buscar ayuda, consuelo o reconciliación. Es un mar de opciones para los oportunistas y charlatanes, encontrar al grueso de la humanidad en una situación donde la vulnerabilidad y el desconcierto son la característica común. Entonces empieza la competencia entre la fe, el comercio y el poder. Y sus respectivos charlatanes y oradores de oficio.
· La manipulación de la fe en muchas iglesias
· Los medios del consumo masivo y sus industrias
· El discurso autoritario del poder político
Cuando Epicteto dice que:
“acudimos a la filosofía, cuando hemos alcanzado el final de la cuerda (…) Esa constante sensación que sugiere decirnos que algo no está bien en nuestras vidas y el anhelo por restablecernos como mejores personas no se disipa”…
Nos manifiesta que somos seres inagotables en cuanto al sentido de supervivencia: resilientes. De ahí que el campo de batalla por alienar a las personas no sea otro que la mente y los pensamientos la pólvora con que detonan toda la artillería de dominación en cualquiera de los 3 aspectos mencionados anteriormente. Es ahí donde somos mas vulnerables. Presa fácil para los grandes estafadores de la historia. Y así nos habla Epicteto sobre nuestras grandes dudas:
“Nuestros miedos a la muerte y a estar solos, nuestra confusión sobre el amor y el sexo, y nuestra sensación de impotencia frente a nuestra ira y ambiciones descomunales nos llevan a plantearnos nuestras primeras preguntas filosóficas sinceras.”
Por ello no debe extrañarte lo que ves a diario en el noticiero; el pastor gritando en las redes sociales los pecados de la carne y la promesa del infierno o lo que el prominente político promete: darte “algo mejor” o volver a “un tiempo mejor” frente a la impotencia creada por ellos mismos en el tejido institucional de nuestra civilidad y en la sociedad en general. Ahí deben nacer tus preguntas.
Para los charlatanes rentados por los dueños del poder, es importante mantenernos en un estado de duda constante sin dejar la posibilidad que cada uno se haga esas preguntas filosóficas sinceras. allí acuden a sus herramientas de dominación:
· La Biblia (o cualquier otro texto “sagrado”) y su interpretación caprichosa
· El incesante bombardeo de propaganda comercial
· La valoración del autócrata salvador, el “Mesías” político.
Son manifestaciones de las herramientas con las que los titiriteros del mundo cuentan para mantener su dominación y control.
El despertar es la filosofía. Es el barredor de nubes y amenazas de lluvia. Es el lente que aclara la vista y te permite observar, más allá de lo que ves. Así conseguimos darle sentido a nuestra existencia y diferenciarnos de cualquier otra especie que puebla la tierra.
Las circunstancias que rodearon a este esclavo convertido en filósofo no son muy ajenas a las tuyas o las mías. Se puede escuchar en su argumento, a un hombre real, de carne y hueso, enfrentando los mismos retos que se nos presentan a diario; igual que hace dos mil años y posiblemente será igual en los próximos siglos.
Y debemos tener el coraje para responder la pregunta que nos hace: ¿Qué hacemos sobre esto?
Y lo primero que nos ensenan los estoicos es a comenzar con uno mismo, si quieres ver tu entorno diferente. Nada puede cambiar si no empezamos por nosotros, en lo interno y externo. Sin sucumbir al “entumecimiento desesperado” que no es otra cosa que dejar de hacer, petrificarse por las cosas que están fuera de nuestro control.
No te asustes por el alarido que finalmente escuchas en tu mente, es tu alma. Como bien nos explica en el último párrafo de esta lección, Epicteto habla de un despertar de tu conciencia, porque tienes ahora la capacidad de oír y entender la pregunta precisa, lo cual te orientará mejor en encontrar la respuesta con persistencia y constancia, sin descanso: moviéndote, progresando. Recuerda bien qué pasa con el agua que se estanca y no fluye. Lo mismo pasa con nosotros:
“El secreto no es quedarse estancado vacilando o retorciéndose las manos, sino seguir adelante resolviendo curarse a uno mismo”
Debemos avanzar sin temor a enfrentarnos a nuestros vicios y nuestras debilidades, con coraje. Y así desterrar de nuestro ser y nuestra esencia, todas aquellas creencias (impuestas o aprendidas) que son erradas en valor e inciertas de hecho. Porque nuestro peor enemigo es todo aquello que creemos puede pasar porque le hemos dado mas valor en la imaginación que en la realidad.
Coraje y enfoque… ¡y a la carga!
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El grito del alma
El Arte de Vivir. Epicteto, p83
“La tarea principal de la filosofía es responder a las necesidades del alma para darle sentido y así liberarnos del control de nuestros dolores y miedos.
La filosofía nos llama cuando hemos llegado al final de nuestra cuerda. El sentimiento insistente de que algo no está bien en nuestras vidas y el anhelo de recuperar nuestra mejor versión de nosotros mismos no desaparecerán. Nuestros miedos a la muerte y a estar solos, nuestra confusión sobre el amor y el sexo, y nuestra sensación de impotencia frente a nuestra ira y ambiciones descomunales nos llevan a plantearnos nuestras primeras preguntas filosóficas sinceras.
Es cierto: no hay un significado tangible y evidente para nuestras vidas. La crueldad, la injusticia, el malestar corporal, las enfermedades, las molestias y los inconvenientes, grandes y pequeños, son los hechos prosaicos de cualquier día. ¿Entonces, que hacemos sobre esto? ¿Cómo podemos -a pesar del dolor y el sufrimiento del mundo exterior y de nuestras propias emociones descarriadas- vivir vidas ennoblecidas en lugar de sucumbir a un entumecimiento desesperado y simplemente afrontar como una mula el tedio y las responsabilidades espontáneas?
Cuando el alma grita, es señal de que hemos llegado a una etapa necesaria y madura de autorreflexión. El secreto no es quedarse estancado vacilando o retorciéndose las manos, sino seguir adelante resolviendo curarse a uno mismo. La filosofía nos pide que avancemos hacia el coraje. Su remedio es la excavación sin pestañear de las premisas erróneas y engañosas en las que basamos nuestras vidas y nuestra identidad personal.”
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