Leer un pensamiento como este, sabiendo que fue escrito hace mas de 2,000 años por un filósofo romano del estoicismo, puede parecernos algo natural, pero que su vigencia pueda ser aplicada a nuestra vida y a nuestra realidad, es lo más sorprendente:
"El mal no habita naturalmente en el mundo, en los acontecimientos o en las personas. El mal es un subproducto del olvido, la pereza o la distracción: surge cuando perdemos de vista nuestro verdadero objetivo en la vida.
Cuando recordamos que nuestro objetivo es el progreso espiritual, volvemos a esforzarnos por ser lo mejor de nosotros mismos. Así se gana la felicidad." (1)
Nuestra vida moderna, al igual que la de aquellos que vivieron antes de nosotros, presenta los mismos retos y dificultades, lo que nos indica que nuestra naturaleza es la misma a pesar de los avances tecnológicos y progreso humano: nos enfrentamos a los mismos problemas y debemos afrontarlos de la misma forma como lo han hecho nuestros ancestros, con determinación, disposición, esfuerzo y mucho enfoque.
Y es que nuestro trabajo es diario, un dia a la vez, ensayando y corrigiendo, una y otra vez, sin perder el enfoque, valorando nuestro esfuerzo y reconociendo los avances y retrocesos, para poder comenzar de nuevo al dia siguiente y sucesivamente, hasta nuestro último aliento.
1. Epicteto - El Arte de Vivir
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